4 de junio de 2008

Toda generación necesita una nueva revolución

Esta semana en el curso de Experto en E-learning que ya he mencionado más de una vez por aquí estamos reflexionando sobre la brecha digital generacional. Para preparar la discusión he creado una encuesta, que está también abierta a todos aquellos lectores de Corto y cambio que quieran compartir sus opiniones sobre el tema con nosotros.

En cualquier caso, no creo que nadie dude de que existen diferencias entre cómo las distintas generaciones acceden a la información digital, la recomponen y la reutilizan (el que no se lo crea, que mire la siguiente monada digital que Sacha Chua, una integrante de la Generación Y, hizo con una Nintendo DS).



Sin embargo, todavía nadie tiene muy claro cuál es la mejor forma de encauzar en la enseñanza estas habilidades tecnológicas que tienen muchos de nuestros estudiantes. A mí me preocupa en este contexto que a veces se pase por alto datos tan importantes como el hecho de que haber nacido en un determinado año no es una garantía de haber adquirido una alfabetización tecnológica suficiente. También es frecuente que se piense que la juventud maneja todas las herramientas tecnológicas a la perfección y que le interesa usarlas para aprender. Nada más lejos de la realidad. El grado de penetración de las distintas herramientas "de moda" es muy dispar y, como queda reflejado en el gráfico de arriba, es todavía bastante bajo en categorías tan relevantes para la web social como la sindicación de contenidos y el etiquetado, incluso en los Estados Unidos. En otros países las tendencias son similares (como se puede apreciar utilizando la herramienta desarrollada por Forrester para determinar el perfil tecnográfico de segmentos concretos de la población).

Sea cual sea la longitud de la brecha que nos separa, la realidad es que muchos docentes se sienten intimidados ante la posibilidad de utilizar en sus clases herramientas que no conocen (o que creen no conocer) tan bien como sus alumnos. Este factor, unido a la falta de tiempo y recursos, obstaculiza sobremanera la introducción de la tecnología en el aula, con lo que la brecha digital entre el mundo real y los centros escolares se hace todavía más grande.

¿Hay manera de romper ese círculo vicioso?

3 comentarios:

Jesús Galera Peral dijo...

Yo, que soy antiguo alumno dele curso de e-learning, tengo dos hijas (una de 10 y otra de 6). Las dos van a un Colegio Público de la capital de provincia donde vivo (menciono esto porque la gran mayoría de profesores que acceden a estas plazas suelen tener muchos años de profesión, si no fuera así no podrían llegar a estas plazas - que necesitan de muchos puntos). La consejería les ha dotado de algunos de los medios para utilizar las TIC (tienen ordenadores, tienen conexión. Eso sí se les olvido dotarlos de programas). Pero hay un problema: salvo un profesor (que sabe algo de internet y de ordenadores), los demás no saben y además no muestran ningún interés ("internet no es más que una moda y además puede ser peligroso", piensan). Después del curso me ofrecí para enseñarles algunas herramientas que pudieran ayudarles (no mostraron ningun interés). Sin embargo, buscando otras experiencias, encontré que en otros colegios de la región donde vivo, si que hay profesores que han realizado experiencias maravillosas (la gran mayoría son gente joven). Yo me pregunto ¿por qué mis hijas se tienen que ver privadas de está herramienta que, con seguridad, marcará el grado de analfabetismo de las personas?. Un saludo, Jesús

Dolors Capdet dijo...

La web inicial -luego se la llamaría 1.0- era mucho más estática, mucho más limitada, pero a cambio, los roles estaban definidos. El experto creaba contenidos, el inexperto los consumía y trataba de aprender.
La web 2.0 ha popularizado herramientas de autor pero se ha despreocupado de la calidad y ha propiciado una gran confusión. La prueba es que antes de consolidación ya se habla de una nuev generación que procurará la simbiosis de la calidad y las herramientgas en las dosis adecuadas.
En todo este proceso ser nativo digital o no es lo de menos. Quien está verdaderamente interesado adquiere las habilidades necesarias sin gran esfuerzo, porque eso sí, la web 2.0 se ha ocupado de eliminar muchas barreras en este sentido, haciendo que kos programas funcionen como simples editores de exto -lejos del lenguaje de programación que requería la web inicial-.

FCastro dijo...

Es cierto que la web 2.0 ha facilitado mucho el acercamiento a sus aplicaciones y es realmente sencillo "si te interesa" el problema es qué hacemos con aquellos a los que no les interesa. Muchos de mis compañeros me dicen que no necesitan para nada la web 2.0, casi tampoco la 1.0, y yo no sé cómo convencerles. Eso de la web social no tiene "appeal" cuando se tiene un determinado carácter o no se tienen determinadas inquietudes y por más vueltas que le demos no atraeremos a esa gente. Os digo que los que nos movemos en estos ambientes estamos a años luz de la media del profesorado y que llegará la web 3.0 (o lo que sea) y muchos nunca sabrán que existió la 2.0.