9 de noviembre de 2008

Narrativas digitales del pasado






¿Se imaginan la cantidad de narrativas digitales en forma de tuits, entradas en blogs, fotos en Flickr, vídeos en YouTube o actualizaciones en FaceBook que la caída del Muro de Berlín habría generado si en lugar de haber ocurrido hace exactamente diecinueve años hubiera sucedido hoy en día? Habría sido algo espectacular.

Pero por aquellas fechas las formas de comunicación eran muy distintas. Yo, que vivía por aquel entonces en esta residencia de estudiantes, no me enteré hasta el día siguiente. No tenía teléfono fijo, ni televisión, y aquel día en lugar de escuchar por la noche las noticias en alemán me había dedicado a estudiar neerlandés con la ayuda de un programa de radio enlatado. Noté jaleo en la calle pero lo atribuí a la maniobra militar de turno. Ninguno de mis amigos se pasó por mi cuarto para avisarme de la noticia. Linda, mi compañera noruega de cuarto, se acababa de mudar a otra residencia más elegante. Pancho, mi incansable amigo chileno, estaba en primera fila en la Puerta de Brandeburgo. Los demás vivían demasiado lejos como para acercarse a verme para ponerme al tanto de la situación. Porque era así como nos relacionábamos por aquel entonces: visitándonos o pasándonos las noticias de unos a otros en la cafetería de la universidad.






Al día siguiente, claro, lo primero que hice fue dirigirme al Checkpoint Charlie. Como estudiante extranjera tenía un visado que sólo me permitía entrar y salir de Berlín Oriental por determinados puntos fronterizos, como el de Friedrichstraße (y ver lo que se muestra en este vídeo). Sabía que habían tirado partes del Muro en diversos puntos de la ciudad pero temía que la burocracia alemana siguiera vigente incluso en un momento tan caótico como el que se estaba viviendo.


East Side Gallery: Kani Alavi's PaintingNo era yo la única que tenía miedo. Al salir por Checkpoint Charlie los alemanes orientales que ya volvían para sus casas después de haber vivido una noche inolvidable me preguntaban si alguien había anunciado hasta qué hora iban a dejar entrar y salir sin permisos. Nadie sabía nada.


Vom Mauerfall habe ich am 9. November 1989 nachts aus dem Radio erfahren. Ich riss das Fenster auf und konnte es kaum glauben: Eine Menschenmasse von drüben ergoss sich förmlich über den Checkpoint Charlie. Ich habe sofort meinen Block gezückt, um die Gesichter der Menschen zu skizzieren. Verzweiflung, Freude, Traurigkeit, all das konntest du darin lesen. -Kani Alavi, autor de este mural de la East Side Gallery del Muro de Berlín. Fuente: Frankfurter Rundschau. Foto del mural: Sebastian Niedlich (Grabthar).







Ya en suelo berlinés occidental alguien se acercó a mí y me ofreció una rosa diciéndome Willkommen im Westen! (Bienvenida a Occidente!), a lo que le tuve que responder que yo en realidad era occidental y que ya conocía el sistema. Tampoco tuve derecho, claro, a los 100 marcos "de los buenos" que se les daba a los alemanes orientales como bienvenida.


Los cambios llegaron rápidamente. Estaba claro que si no se modificaba el sistema en Alemania Oriental, los alemanes del Este se mudarían en masa a la República Federal de Alemania ya que automáticamente recibían un pasaporte de este país si así lo deseaban. Recuerdo una entrevista telefónica que me hizo un amigo para una emisora de radio española unos días después. Para que me pudiera llamar tuve que salir a Berlín Oeste y esperar en unas cabinas de Bahnhof Zoo. No tengo la grabación de aquella entrevista pero todavía me hace gracia pensar en los pronósticos tan poco acertados que hice sobre la posibilidad de una inmediata reunificación de las dos Alemanias.

No, en aquellos años ni teníamos YouTube ni cámara digital. Por no tener, ni siquiera existía la Web. Pero gracias a las muchas personas e instituciones que han puesto a disposición de todo el mundo documentos de aquella época, he podido crear esta breve narrativa digital con algunos de mis recuerdos de aquella fecha.

Mi más sincero agradecimiento a todos ellos.

4 comentarios:

Carlos dijo...

Buen post.
La documentación de la historia, cómo contarla y el cambio que Internet puede producir sobre todo esto. Si en los sesenta tantos profesores y estudiantes plantearon nuevas perspectivas metodológicas de la historia: Historia social, Historia oral, Historia de la vida cotidiana, etc. ¿Qué toca ahora en el mundo de youtube y de los blogs?
Muy interesante, la sobreinformación, el recuerdo, lo personal y lo multitudinario.
Todo empezó con la fotografía y ahora en flickr por ejemplo se pueden seguir todo un archivo de la vida visual de una persona.

Pero este post me ha gustado no sólo por el tema, sino por el contexto : )

Un saludo desde Ostdeutschland.

eRoman dijo...

Gracias, Carlos, por tus comentarios tan relevantes.

Me alegra que te haya gustado el post. No he querido dedicárselo a nadie en concreto, pero cuando lo estaba escribiendo se me han pasado por la mente los nombres de muchas de las personas que conocí en aquella época y los de las que ahora sé que están por aquellas latitudes.

Saludos, Ostdeutscher adoptivo.

Anónimo dijo...

Enhorabuena Esperanza.
El día que cayó aquel muro, y lo que significó su caída, seguramente ha sido más que revisado en miles de artículos. De éste, el tuyo, me gusta mucho la perspectiva y la mirada que le prestas.
De nuevo, enhorabuena.

eRoman dijo...

Gracias, Martín.

Imagínate la cantidad de veces que habré podido contar esta historia en los últimos diecinueve años... Pero nunca se me había ocurrido contarla con imágenes porque, claro, en aquella época creo que ni siquiera tenía cámara de fotos. Al empezar a buscar información me encontré con algunos vídeos interesantes de aquella época, también añadí alguna foto que hice varios años después y al final decidí publicarlo para practicar con el ejemplo. Los alumnos de los cursos que doy este semestre pasan horas escribiendo los ensayos que les mando como tarea, y me gustaría que vieran que también se puede escribir por el mero placer de contar una historia. Además, algunos de ellos también están estudiando las diferencias entre la literatura digital y la impresa. Yo, claro, no escribo literatura pero espero que este ejemplo les enseñe otra forma diferente de narrar.

Por cierto, hablando de narradores, comparto contigo tu pasión por Saramago.

Saludos,