Van pasando los años. Nos lo recuerdan las canas, la pérdida de memoria, los hijos que se echan novia, los amigos que nos van dejando. También nos lo indican los aniversarios de los eventos que marcaron nuestra vida: veinte años de Columbine, veinticinco de la muerte de Kurt Cobain y ¡ya treinta! del día en que se cayó el Muro de Berlín.
Die Mauer.
A estas alturas ya sabéis todos que, en aquella época, yo vivía en una residencia de estudiantes de Berlín Este, que esa noche me la pasé durmiendo y que al día siguiente me saludaron en Checkpoint Charlie como si no supiera qué era Occidente y qué bondades esperaban al otro lado del Muro. Mi hijo hasta me toma el pelo sobre mi pasado “comunista” y sonríe, entre comprensivo y burlón, cuando me ve cara de querer contar alguna batallita de aquel entonces. La verdad es que cada año que pasa me parezco más a un disco que se ha rayado ¿ejem, disco rayado? en la canción de #cualquiertiempopasadofuemejor.
No, no fue mejor. Solo distinto. Pero quizá nos parezca peor el presente porque el paso del tiempo embellece los recuerdos que queremos mantener y destroza aquellos que no nos interesa tener en la memoria. El destino juega siempre con ventaja: nunca nos deja ver las cartas que esconde en la manga. Claro que ahora con las redes sociales resulta algo más fácil averiguar qué cartas tenía guardadas la vida para los amigos que se perdieron de vista por el camino. Hace cinco años ya os conté de mi profe que decidió quitarse la vida y de su amigo, con el que recuperé el contacto a raíz de este trágico suceso. Hoy me he empezado a acordarme de nombres y países, de caras e ilusiones, de apodos y conversaciones: Inés, Hilario, Rolando, Scott, el Oso, Miguel, Peter, Ralph, la Rusa, Torsten, Armando, Linda, Pancho...
No sé dónde estarán ahora. Pero sí dónde estuvimos el 9 de noviembre de 1989.
Reflexiones made in USA sobre el impacto de la Web social en el elearning y en la investigación combinadas con humor, ironía y literatura.
9 de noviembre de 2019
13 de mayo de 2019
Un clásico en este blog: congresos sobre tecnología educativa
Lista compilada por Clayton Wright.
Educational Technology & Education Conferences #41 June to December 2019 Clayton R Wright by Esperanza Román Mendoza on Scribd
10 de marzo de 2019
Las TAC y tú: agencia e identidad(es) en el aprendizaje de español LE/L2
Esta es la presentación del 11 de marzo de 2019 preparada para el Máster Universitario en la Enseñanza del español como lengua extranjera de la Universidad de Salamanca.
17 de febrero de 2019
Quiero contarte
Para hacer la tarea de esta semana se me ha venido a la
cabeza una canción de Triana que se hizo famosa el siglo pasado. Se llamaba Quiero contarte. [y como estamos en la unidad de relato
multimodal, me planteo aquí si incrustar directamente el vídeo de YouTube o
dejarlo simplemente como enlace ya que tampoco aporta tanto a lo que quiero
decir y solo algunos nostálgicos querrán escuchar la canción a la vez que leen
mis palabras].
¿Y qué es lo que quiero contarte hoy?
![]() |
Cuando cierran herramientas |
Podría limitarme a reiterar mi clásica línea tecnoescéptica
apuntando la cantidad de herramientas para la creación de relatos digitales que
han ido pasando por nuestras pantallas en los últimos años y que han pasado a
mejor vida o han mutado en algo comercial convirtiéndose al final en algo muy
lejos del alcance de muchos docentes. Así os lo contaba hace unos meses:
"Es aquí donde se debe mencionar que no se pasa por alto el desencanto, por una parte, y las expectativas desmesuradas, por otra, que despierta el uso de las TAC en la enseñanza de L2. Aunque el profesorado es cada vez más consciente de la importancia de la utilización de las TAC para facilitar el aprendizaje, la vertiginosidad con la que estas aparecen, desaparecen o mutan, impide que una buena parte de los profesores consiga integrarlas de una forma fluida en su práctica docente. También se debe recordar que esta disciplina adolece de la presión de las ideologías, en este caso tecnológicas, que repercuten, por ejemplo, en el papel que adopta el profesorado en cuanto a las TAC o en las creencias generalizadas sobre la competencia digital de los más jóvenes". (Román-Mendoza2018, p. 17)
![]() |
Cuando no entendemos qué dicen |
Pero para no extenderme mucho, prefiero resaltar hoy una
idea diferente muy relacionada también con la idea de narrar y disfrutar: el
proceso de enseñanza-aprendizaje es en sí un relato multimodal en el que
participan muchas personas desempeñando papeles que, sobre todo en el campo de
la L2, cada vez son más fluidos. Profes y alumnos cuentan historias. Alumnos y
profes interpretan historias.
Really? [hablando del
imperio del inglés].
¿Decodificamos las historias de nuestros alumnos de la misma
forma que ellos interpretan las nuestras? Pensemos en cómo y qué narramos desde un lado y otro del “conocimiento de la
L2” y empezaremos a ver algunas diferencias. Últimamente, y debido al bum de la
tecnología que nos permite incorporar diferentes modos a la comunicación, nos
hemos detenido más a observar por qué algunas personas (no todas necesariamente
siempre pertenecientes al grupo de los alumnos o los jóvenes) prefieren comunicarse más con imágenes y vídeos que con la palabra escrita. Pero en la comunicación
que se establece entre profes y alumnado, hay muchos otros factores que se
deben tener en cuenta. Yo, como profe, tengo el privilegio de negarme a usar una herramienta
determinada o encontrar formas de implementarla más creativamente si no me siento
cómoda con el esfuerzo que me supone aprender a usarla o si considero que no
responde a los objetivos pedagógicos que estoy intentando alcanzar. Pero ¿damos
al alumnado la misma libertad para elegir cómo expresarse y qué decirnos? ¿Nos
damos cuenta de que para muchos alumnos lo digital no es tampoco lo más natural
en sus vidas? ¿Somos conscientes de que por mucho buen ambiente que creemos en
nuestra clase siempre habrá una enorme diferencia entre hablar o escribir a una
audiencia porque ya sabemos algo y hablar o escribir a una audiencia porque
necesitamos demostrar que estamos aprendiendo algo?
7 de febrero de 2019
¿Una imagen siempre vale más que mil palabras?
Propuesta didáctica #idiomasyafectividad (C1):
1. Abre tu libro de texto de español.
2. Observa las fotografías e imágenes de las primeras páginas de la unidad en la que estés en este momento. (Selecciona unas cuatro fotos)
3. ¿Por qué piensas que están ahí esas fotos? Discute en parejas (pueden hacer esta reflexión en su L1)
4. Anota algunas palabras y conceptos en español que te ayuden a recordar estas imágenes.
5. Describe esas imágenes con oraciones completas.
6. Compara tus oraciones con las de tus compañeros y compañeras.
7. Como tarea: haz una foto de tu entorno que represente una escena similar a la de las fotos de tu libro de texto. ¿Es posible? En caso afirmativo, ¿en qué se asemeja? ¿en qué se diferencia?
8. Puesta en común en clase: compara tus fotos con las de tus compañeros.
9. ¿Qué has aprendido sobre la selección de fotos que aparecen en los libros de texto? (En la L1 si es necesario)
(Actualización posterior: cada estudiante o cada pareja podría publicar en Instagram la foto de libro del texto y su propia foto y explicar las diferencias)
![]() |
Fuente: Wikimedia Commons |
2. Observa las fotografías e imágenes de las primeras páginas de la unidad en la que estés en este momento. (Selecciona unas cuatro fotos)
3. ¿Por qué piensas que están ahí esas fotos? Discute en parejas (pueden hacer esta reflexión en su L1)
4. Anota algunas palabras y conceptos en español que te ayuden a recordar estas imágenes.
5. Describe esas imágenes con oraciones completas.
6. Compara tus oraciones con las de tus compañeros y compañeras.
7. Como tarea: haz una foto de tu entorno que represente una escena similar a la de las fotos de tu libro de texto. ¿Es posible? En caso afirmativo, ¿en qué se asemeja? ¿en qué se diferencia?
8. Puesta en común en clase: compara tus fotos con las de tus compañeros.
9. ¿Qué has aprendido sobre la selección de fotos que aparecen en los libros de texto? (En la L1 si es necesario)
(Actualización posterior: cada estudiante o cada pareja podría publicar en Instagram la foto de libro del texto y su propia foto y explicar las diferencias)
Aprender es navegar
Buscando alguna imagen que pudiera servirme para hacer la
tarea de esta semana, he pasado un buen rato leyendo algunas antiguas entradas de
este blog, consciente de que durante los años en los que lo mantenía activo publiqué muchas
imágenes que ilustraban mi relación con la docencia y el aprendizaje. ¿Dónde
estaban esas entradas? ¿De qué escribía entonces? ¿Por qué me pasaba horas redactando
y corrigiendo mis posts?
Qué extraño me ha resultado recordar los momentos en los que
escribía en este blog. Algunos posts no
sé ya a raíz de qué surgieron. Otros —lo compruebo por las estadísticas— tuvieron
mucho éxito. Personas a las que ahora extraño muchísimo en mi vida me dejaban
comentarios, a los que yo contestaba con más de 140 caracteres, con más que un
meme, con más que un #tienesunDM.
Y al escribir todo esto y revisar mi querido y viejo blog,
me doy cuenta de que Corto y cambio es un simple reflejo de lo que fui y lo que
soy yo como profesora. No hay duda: sigo procesos muy semejantes en mis clases,
en mis interacciones con mis alumnos, en mi desarrollo como docente. A veces
creo algo casi completamente desde cero: tengo una idea, le doy vueltas, hago
una foto, hago un esquema, busco una explicación… y la comparto por primera vez
con mi audiencia (lectores en el blog, estudiantes en mis clases, amigos en mis
redes sociales). Otras veces reutilizo algo que me ha llamado la atención o que
me ha inspirado –para bien o para mal. Sigo creando, sí, pero ya no de manera
proactiva, sino reactiva. ¿Por qué no? También se aprende refutando aquello con
lo que no estamos de acuerdo. En muchas ocasiones, las entradas son presentaciones,
reflejos de un esfuerzo realizado para otro contexto y traídas al blog para aumentar su difusión. Otras entradas son simples
divertimentos. Otras, agradecimientos. Otras, homenajes y despedidas. Otras, meras expresiones de desánimo…
Y así son también mis clases. Así soy también yo. Siempre
aprendiendo. Siempre navegando.
Y me pregunto, ¿es posible ser docente de una forma
diferente a la que se es persona?
31 de enero de 2019
A falta de costuras, buenas son...
![]() |
Esto no es una infografía. Fuente: Wikimedia Commons |
Hoy, gracias a este curso, nos encontramos con “el aprendizaje sin costuras” (seamless learning) –o “sin junturas”, si nos decantamos por su significado más náutico o “sin vetas” en el geológico. Aunque la idea que subyace no es nada nueva –se podría relacionar como alguien de este curso ya ha dicho con el aprendizaje significativo o con el más reciente aprende donde quieras cuando quieras– la idea de la desaparición de costuras parece indicar una mayor libertad de movimientos para el aprendiente y el docente. Pero recordemos que en los trajes necesitamos costuras porque ningún trozo de tela se ajusta perfectamente a nuestro cuerpo a no ser que se corte en pedacitos y luego se junte con costuras más o menos visibles. Puede entonces que la costura sea necesaria. Lo que no lo es tanto es que sea la misma costura para todos.
También estoy dándole vueltas a lo del “aprendizaje sin fronteras”. No sé hasta qué punto frontera y costura funcionan como sinónimos en este contexto. Yo diría que prefiero “aprendizaje sin barreras” como equivalente del aprendizaje sin costuras, aunque tampoco me convence.
En fin, tampoco es tan necesario un debate sobre la terminología cuando todos estamos de acuerdo cuando describimos las posibilidades y necesidades actuales del proceso de enseñanza-aprendizaje. En mi caso prefiero centrarme en identificar las nuevas costuras que estamos cosiendo sin darnos cuenta cuando nos dedicamos a deshacer las que ya existían. ¿Adivinas a cuáles me refiero?
29 de enero de 2019
De profe a alumna
![]() |
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia |
Pero, además de profe, a partir de hoy voy a ser estudiante en el MOOC del INTEF llamado Aprendizaje de lenguas sin fronteras: multimodalidad y factores afectivos en la enseñanza de idiomas. Quizá nuestros alumnos y alumnas piensen que los profesores no estudiamos ni nos formamos una vez que hemos conseguido un puesto de trabajo. Sin embargo, la realidad es muy diferente: siempre se puede aprender algo nuevo y, sobre todo, siempre es necesario formar parte de una comunidad de aprendizaje de docentes que nos ayude a mirar de forma crítica muchas de las ideas preconcebidas con las que nos acercamos a la profesión de docente y a la implementación de la tecnología sin fronteras.
En realidad, esto último es uno de los aspectos que más me interesan del curso. Es la base de todo lo que estoy escribiendo últimamente. Por ejemplo, me pregunto si somos lo suficientemente críticos cuando nos imaginamos una clase sin fronteras mediada por la tecnología o si somos capaces de pasar ya de tanta metodología comunicativa en la clase de lenguas (o por lo menos de plantearnos los aspectos negativos de dicho enfoque) e integrar otros nuevos aproximaciones más acordes con lo que observamos en el uso de la(s) lengua(s) que hablamos todos los días.
Por supuesto, otro valor añadido es la posibilidad de retomar este blog que en su día mimé nutriéndolo con gran cantidad de entradas relacionadas con el aprendizaje y las nuevas tecnología.
No me extiendo más. Leeré con mucho interés vuestros diarios de clase.
Esperanza
Suscribirse a:
Entradas (Atom)