21 de enero de 2013

Los recuerdos son algo más que palabras

Hace unos días recibí por fin de Twitter el fichero zip con todos mis tuits desde que creé en junio de 2008 la cuenta que he venido usando hasta ahora. Como se suele hacer cuando se encuentra un antiguo álbum de fotos, un diario de la adolescencia o un paquete de cartas de amor atadas con una cinta de colores, me puse a mirar qué había olvidado de lo que había sido y hecho yo en el pasado: mis primeros tuits, mis aportaciones a congresos, mis intentos de usar Twitter en clase, mis tuits de viajes, mis fotos adjuntas, mi primer hashtag, mis escarceos con la tuitpoesía...

Según el archivo, esto es lo primero que tuiteé:
Yo creo que antes de eso debí de escribir el típico "Probando, probando", que por suerte o por desgracia quedó olvidado para siempre al cambiar de cuenta de eroman a eromanme. Pero no me quejo, ya que lo que ha quedado registrado esconde una gran cantidad de actualizaciones escritas bajo la ilusión de que casi nadie las leería en el momento y, mucho menos, en el futuro. Ahora ya puedo revisarlas y cribarlas pero, no os preocupéis: no voy a aburriros reproduciendo aquí los tuits de mis idas y venidas a Arizona, mis aventuras en vuelos transatlánticos o mis hashtags favoritos--aunque he encontrado, entre éstos, un #seaceptansobresueldos, joyita muy oportuna para los tiempos que corren. Como adecuados son los únicos tres tuits que escribí durante el Inauguration Day, el día de la primera investidura, de Obama hace cuatro años:


Evidentemente, si en aquella época hubiera tenido la agilidad con Twitter que tengo ahora, en lugar de tres tuits, tendría varias decenas. Hoy, que volvemos a tener a Obama en Washington, todavía no sé si voy a poder ir a escuchar su discurso de toma del poder al Mall ni a fotografíar el evento.

Pero no me quedaré sin tuits, ni sin recuerdos de este día.

2 comentarios:

Gabriela Sellart dijo...

También tuve esa sensación de diario de la adolescencia cuando recorrí mi archivo. Y tuve esa misma sensación una vez que con Claudia leímos nuestros viejos chats, en los que hablábamos sobre lo que descubríamos en la web. Es que era una especie de adolescencia en el aprendizaje. Esa sensación de todo un mundo por descubrir. Asombro permanente. Lo inesperado. Lo que nunca había pensado. Y mucho absoluto. Para mí, todo era absoluto. Y sobre todo, mucho descubrimiento. Descubrimiento sobre mí misma.

En mi primer twit decía que me había rendido a twitter. Era enero del 2008 y yo creía que era la única que todavía no tenía una cuenta. No podía imaginar que un día se iba a hablar de twitter en la tele. En esa época mi mundo virtual era -a excepción de Claudia- sólo virtual. Claro, también estaban mis alumnos y para ellos esos espacios virtuales eran también exclusivamente virtuales.

Después en la tele empezaron a hablar de facebook, luego de twitter, y se vino el aluvión del mundo físico. Fue un cambio drástico. A facebook no lo cuidé, porque no me importa demasiado. Pero a twitter sí, lo preservé bastante de la contaminación física. Sé que ese es el espacio en el que en cualquier momento puede ocurrir el asombro, el descubrimiento. Pero no sé si voy a volver a sentirme adolescente.

Claudia Ceraso dijo...

Qué lindos recuerdos. Estábamos cenando juntas con nuestras netbooks y nos pusimos a releer nuestros chats. ¡Imborrables! Quizá no tengan ningún valor de publicación, son meros retratos de lo efímero.