22 de abril de 2011

El miedo del docente ante el examen (o cuál es el propósito de la educación)

Hoy me toca a mí. Más de sesenta blogueros interesados en el mundo de la educación se apuntaron hace algunos meses al proyecto PurposedES, una iniciativa para promover el diálogo sobre cuál es el propósito de la educación y, a través de éste, intentar impulsar un cambio efectivo en nuestros sistemas educativos. Por listos e innovadores, y no saber decir que no a nada, nos ha tocado escribir quinientas palabras a cada uno de nosotros. Si tenemos en cuenta que ya han pasado por la palestra veintinueve participantes, el resultado es fácil de calcular: en menos de un mes se han escrito más de 14.500 palabras, concretamente 16.100, sobre educación. Os recomiendo su lectura.

Aunque si sois de los que os habéis apuntado a escribir en los próximos días, quizá deberíais pensaros dos veces antes de leer estas magníficas contribuciones ya que es muy posible que os ocasionen un sano bloqueo intelectual. Yo confieso que a mí me lo han producido: ahora mismo siento el miedo a no ser original, la angustia de repetir lo ya dicho y la ansiedad por no llegar a ser capaz de suscitar un debate entre los que me lean.

-------–------------------------¿Cuántas palabras llevo?

Consulto el diccionario, a ver si me salva como en tantas ocasiones; no en vano pasé algunos años formándome como traductora. Ahora ya no tengo que ir a los estantes de un desvencijado anaquel de Ikea y apilar los diccionarios en mi escritorio. Me basta con un clic para que el Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española aparezca en pantalla. Educar, educación, educador, educativo, educacional… ¿Habrá cambiado el significado estos términos desde la publicación del primer diccionario de la lengua española en 1736? ¿Qué nos dice de nuestra sociedad la forma en la que se formula el significado de estos conceptos? ¿Cómo se diferencian esas acepciones de lo que mis compañeros de debate han escrito hasta el momento? ¿Cómo se refleja esa contradicción en mi labor diaria como madre, educadora y aprendiza?

Veámoslo, pues. La definición del Diccionario de Autoridades se refiere exclusivamente a los primeros años de vida de una persona. Además, uno de los ejemplos que propone daría sin lugar a dudas pie a otro largo debate:



La definición del término educar amplía el rango de edades hasta la juventud:


En las ediciones posteriores de los diccionarios y manuales de la Real Academia de la Lengua Española no hay muchos cambios: en 1780 educar y educación se definen exactamente igual que en 1736. Pero en 1791 aparecerán dos nuevas versiones, que se mantendrán en las ocho siguientes ediciones publicadas entre 1791 y 1869:

Educación. La crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y jóvenes.
Educar. Criar, enseñar, doctrinar.

En 1884, aparecen las definiciones que se mantendrán hasta hoy en día—modificadas exclusivamente por la inclusión de Educación física en 1984:

Educación. Acción y efecto de educar. Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y jóvenes. Cortesía, urbanidad. Educación física. Conjunto de disciplinas y ejercicios encaminados a lograr el desarrollo y perfección corporales.

Educar. Dirigir, encaminar, doctrinar. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales o morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio, haciéndolas más aptas para su fin. Perfeccionar, afinar los sentidos. EDUCAR el gusto. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.

Si, por otro lado, echamos una ojeada a la lista de términos que aparecen con mayor frecuencia en lo escrito por los participantes de PurposedES, la diferencia es clara. Tras descartar artículos, preposiciones, algunos verbos vacíos de significado y las palabras del tema de estas entradas (“el propósito de la educación”), que son las palabras más frecuentes, nos encontramos términos como personas (46 veces), sociedad (46), mundo (30), todos (30), aprender (29), vida (27), niños (24), trabajo (23), aprendizaje (21), NO (21), palabras (21), sistema (20), cambio (19), capaces (19), docentes (19), alumnos (18), tiempo (18), educadores (17), seguir (17), social (16), conseguir (16), construir (16), futuro (16)… Paro aquí--si alguien quiere todas las concordancias, que me lo diga--porque también es importante decir que adiestrar y adoctrinar solo aparecen una vez y amaestrar, ninguna.

Quizá esta comparación no aporte nada nuevo al debate (y mi miedo del principio fuera, por lo tanto, justificado). Algunos ya han apuntado en este diálogo la gran contradicción que existe entre lo que es actualmente el propósito de la educación y lo que nos gustaría que fuera la educación. Pero no creo que haya nada malo en aceptar esa dicotomía. Aceptar que lo que tenemos no es lo que queremos es un factor imprescindible para poder realizar el cambio. Yo sí quiero ser parte de una sociedad en la que la educación ayude a todos los ciudadanos a desarrollarse completamente como personas. Quizá no actúe siempre en consonancia con mis ideales educativos, quizá todavía esté muy apegada al programa de clase, a la disciplina, a los resultados, a las calificaciones...

Pero, por lo menos, intento cambiar. ¿Y tú?

6 comentarios:

Nicolasa Quidman dijo...

Me ha encantado tu enfoque. Genial que te hayas molestado en ir a los orígenes, casi a la etimología. Nos da una magnífica perspectiva y nos permite ser, en cierto modo, indulgentes y positivos respecto a nuestras ganas de cambiar: planteas el cambio como algo natural, consustancial a la propia evolución de nuestra sociedad, que posiblemente, deba cambiar también. Me quedo con la humanidad de tu cierre: "Quizá no actúe siempre en consonancia con mis ideales educativos, quizá todavía esté muy apegada al programa de clase, a la disciplina, a los resultados, a las calificaciones... Pero, por lo menos, intento cambiar. ¿Y tú?"

Enhorabuena por tu post, gran trabajo.

Un fuerte abrazo.

eRoman dijo...

La verdad es que cuando me puse a escribir el post me entró el miedo escénico que describo en la primera parte, sobre todo después de ver lo que ya habíais escrito los demás. En cierto modo pienso que habría sido mejor si me hubiera dedicado a contestar los otros artículos y no a buscar todas las definiciones de la RAE y a hacer las concordancias con lo que se había escrito hasta el momento. Pero, bueno, la excusa de la contradicción existente entre lo que recogen los diccionarios de la RAE y lo que decimos nosotros me ha venido muy bien para introducir mi lucha diaria entre lo que debe ser la educación, por una parte, y lo que es o lo que muchos quieren que sea, por otra. La verdad es que me cuesta mucho defender mi postura contra calificaciones, exámenes y objetivos de aprendizaje determinados desde arriba cuando me doy cuenta de que los alumnos prefieren que todo siga siendo como siempre. No quiero echarles la culpa a ellos pero realmente es lo que más me desanima. Que se opongan los administradores, los padres o los compañeros de trabajo es algo esperable pero que los alumnos vayan a lo fácil es algo que me supera.

En fin, seguiré dándole vueltas al asunto y a ver si ahora sí que tengo tiempo para dejar más comentarios en los otros blogs del proyecto.

Otro abrazo muy fuerte

Mercè Gisbert dijo...

Interesante ir al sentido etimológico de la palabra :-). Me llama la atención que en todas las definiciones parece como si tuviéramos que actuar desde fuera sin tener demasiada consideración las capacidades y posibilidades de las personas a las que estamos, deberemos formar. Creo que si algo podemos aportar a la mejora de la educación es nuestra capacidad de ponernos en el lugar de la persona a la que estamos formando. De otro modo corremos el riesgo de no favorecer la parte personal e intransferible de cada uno/a de ellos/as.

Muchos Saludos!!

Carmen Iglesias dijo...

Enhorabuena también a tí por tu post. Has tenido la valentía de escribir lo que sientes y nos has ofrecido la evolución del término educación que seguro que muchos como yo lo desconocíamos.
Completamente de acuerdo con tu propósito: Aceptar que lo que tenemos no es lo que queremos es un factor imprescindible para poder realizar el cambio. Yo sí quiero ser parte de una sociedad en la que la educación ayude a todos los ciudadanos a desarrollarse completamente como personas.

Un saludo muy sincero

eRoman dijo...

Mercé, totalmente de acuerdo. De hecho, incluí en el post el desarrollo de las definiciones de los términos "educar" y "educación" en los diccionarios de la RAE para mostrar lo poco que habían evolucionado y la versión tan "mecánica" que ofrecen del proceso educativo. No sé si las definiciones de los diccionarios realmente reflejan lo que piensa o hace la sociedad, pero seguro que algo de razón llevan: para muchos la educación sigue siendo simplemente el resultado de impartir preceptos y proponer modelos que se imiten.

Saludos

eRoman dijo...

Carmen, al leer tu comentario me ha venido a la cabeza esta cita que han publicado hoy en un grupo de FB dedicado a A. Calvo:

"One knows … that the university and in a general way, all teaching systems, which appear simply to disseminate knowledge, are made to maintain a certain social class in power; and to exclude the instruments of power of another social class. … It seems to me that the real political task in a society such as ours is to criticise the workings of institutions, which appear to be both neutral and independent; to criticise and attack them in such a manner that the political violence which has always exercised itself obscurely through them will be unmasked, so that one can fight against them." -- Foucault, debating Chomsky, 1971.

Saludos